¿Cómo definimos la hipercolesterolemia? Pues bien, consiste en un aumento de la cantidad de colesterol en sangre hasta ciertos valores por encima de los considerados como normales por los profesionales médicos.
En concreto, la concentración umbral de colesterol en sangre a partir del cual se considera patológica la situación del paciente es de 250 mg/dl.
No obstante, la situación de hipercolesterolemia se da en muchas ocasiones como consecuencia del tipo de dieta que hacemos. Bien por desconocimiento o simplemente, porque somos intolerantes a ciertos alimentos que elevan el nivel de inflamación en nuestro organismo e impiden la absorción normal de nutrientes.
Hay que tener en cuenta que el colesterol es transportado en la sangre a través de unas proteínas que son conocidas como lipoproteínas, encargadas de transportar colesterol y triglicéridos. El aumento en sangre de las lipoproteínas encargadas de llevar el colesterol a los tejidos eleva el conocido LDL.
Éste, conlleva un mayor riesgo y posibilidades de padecer una enfermedad cardiovascular, además de cardiopatías coronarias de mayor o menor severidad.
Sin duda, una vez presente la enfermedad, el tratamiento farmacológico reduce el riesgo de enfermedad coronaria, sin embargo, la prevención frente a este tipo de afección es imprescindible si no queremos experimentar un mal mayor.
Aquí es donde entra en juego el test de intolerancia alimentaria, como herramienta útil para descartar entre las causas de hipercolesterolemia posibles, aquellas derivadas de un mal uso de la nutrición, con alimentos que elevan la inflamación en el organismo.
Con este tipo de test, se puede detectar sin ningún problema cuáles son los productos que ingerimos habitualmente, y que están provocando serios problemas de salud a nuestro cuerpo. Con tan solo una muestra de sangre, conseguirás obtener los resultados que necesitas para tu tranquilidad.
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